Yo he visto una tierra
allí donde acaba el mar,
gobernada por montañas
de tremenda majestad...
Sus playas de arena fina
son blancas como la sal,
y su agua es tan clara
que parece de cristal...
El sol que allí se alza
nunca deja de brillar,
cada día se levanta
para dar vitalidad...
Cada día al ocaso
a la luna va a llamar,
y ambos juntos en el cielo
se empiezan a besar...